“Estando yo solita en casa una
tarde……” así es como María Moliner evocaría años más tarde el momento en el que
decidió escribir el Diccionario. Una tarea que pensaba realizar en unos meses,
pero acabaron convirtiéndose en 15 años. El Diccionario que la autora terminó
no era el que pensó escribir en un primer momento. Su modelo inicial, el Learn’s Dictionary of Current
English de A. S. Hornby (1948), un diccionario para estudiantes de inglés, le sirvió de guía, pero
su ambición por las palabras fue creciendo y creciendo hasta llegar a crear
cerca de 3000 páginas.
¿Qué estudiante no ha
experimentado sensaciones contradictorias cuando consulta por primera vez “el
María Moliner”?. Nada más abrir el Diccionario, en su primera edición de
1966-1967, encuentras una presentación de doce páginas que bien podría
tratarse de un manual de lexicografía; le siguen cuatro páginas de advertencias
para su manejo ; las palabras se buscan siguiendo el orden alfabético, pero
descubres además que debajo de cada voz principal se encuentra una segunda
organización de las palabras por familias, combinándose el orden alfabético con el ideológico. Por
tanto, una palabra la puedes encontrar en dos sitios diferentes. Esto que puede
producir cierta confusión al lector en un primer momento, provoca que te vayas
enredando placenteramente entre palabra y palabra, saltando de voz en voz,
descubriendo sinónimos, etimologías, catálogos de palabras, nuevos usos …
Precisamente éste fue el aspecto
más criticado por los detractores del Diccionario, además de la subjetividad e
intuición que le achacan los académicos, a los que no les gustó que una mujer
sin formación lexicográfica se “inmiscuyera” en un área en la que no era
especialista.
La segunda edición vería la luz en
1998 con bastantes más cambios de los que había hecho la propia autora antes de
fallecer, por lo que uno de sus hijos llegó a calificarlo de apócrifo. Fueron
eliminadas las familias de palabras y se añadió un incremento de voces
significativo, con una gran cantidad de americanismos. Como buen diccionario de
uso sigue estando vivo. La tercera edición apareció en 2007, manteniendo los
principios y en buena medida la estructura y los contenidos de ediciones
anteriores, pero ha sido sometida a un verdadero proceso de revisión y
actualización, clarificando el texto para facilitar su consulta.
A pesar de los años
transcurridos, sigue siendo el diccionario de la lengua cabecera de filólogos y
escritores. Según García Márquez, el más divertido. Para María Moliner “(…) esta obra a la que, por su ambición,
dadas su novedad y su complejidad, le está negada como a la que más la
perfección, se aproxima a ella tanto como las fuerzas de su autora lo han
permitido” (abril 1966).
En la Biblioteca Central puedes consultar las siguientes ediciones del diccionario :
Diccionario de uso del español, reimpr. 1ª ed. 1990
Diccionario de uso del español, 2ª ed. 1998
Diccionario de uso del español, 3ª ed. 2007
Diccionario de uso del español, ed. abrev. 2008
(Material utilizado : Fuente, Inmaculada de la : El exilio interior:la vida de María Moliner. Madrid : Turner, 2011)
(Material utilizado : Fuente, Inmaculada de la : El exilio interior:la vida de María Moliner. Madrid : Turner, 2011)
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